LA DIGNIDAD OLVIDADA
La vejez nos llega a todos si tenemos suerte de alcanzarla. Pero a veces veo que llegar a esa etapa provoca una desprotección departe de terceros y de seres queridos. Resulta muy ingrato envejecer y sentirse sin la energía y sin la lucidez suficiente para hacerse respetar. Nuestros mayores son los que nos formaron y dentro de sus posibilidades nos brindaron las herramientas para poder dar nuestros primeros pasos. Como ignorar a lo que en algún momento nosotros estaremos ocupando su lugar. Como nos gustaría ser tratados? Que nos tengan paciencia, que si repetimos las cosas no nos reten sino que hagan como si nunca lo hubieran escuchado. Que nos den un beso, una caricia al alma. Que cuando una enfermedad o un problema nos afecte, tengamos a un amor, hijo, nieto, sobrino a nuestro lado que nos diga, todo va a estar bien. Nuestra sociedad tiene mucho que aprender del buen trato al prójimo y el cuidado de nuestros ancianos. El estado jamás entendió y los menospreció cuantas veces