SABER QUERER
Saber querer no es para cualquiera. Muchos creen saberlo y piensan que la complacencia o el bienestar efímero de una compañía tiene ese significado. Querer o que te quieran solo puede saberse cuando lejos de cualquier egoísmo nos dá satisfacción compartir todo con el otro. Querer es que te abracen y que todos los días te recuerden cuanto vales. Es despertarse, abrir los ojos y saber que la primera imagen será la de esa maravillosa persona que hace que todo valga la pena. Estar tan conectados que las palabras sobran para saber lo que el otro piensa. Querer no es para cualquiera, hay que saber querer, hay que sacrificar cosas por el otro. Podemos desprendernos de todo, menos de su presencia. El resto pierde trascendencia, los avatares se debilitan y sentimos que todo es posible. Me equivoque muchas veces en esta vida, pero tuve la fortuna de abrir el corazón y conocer que cuando ese querer es mútuo, tu vida cambia para siempre.